Estudiando a 187 chicos de entre 5 y 10 años, el centro de estudio de la infancia de Great Ormond Street, del University College, Londres, descubrió que los alimentados con dietas veganas eran los menos saludables. Concluyeron que no son recomendables para chicos en crecimiento.
La discusión sobre el veganismo es una de muchísimas aristas. Quienes lo proponen y defienden, señalan toda clase de argumentos ambientales, así como el infalible punto de que se está evitando la crueldad innecesaria hacia animales indefensos, solo para darnos a nosotros el placer de comer un filete a la parrilla. Por el otro lado, quienes no suscriben a estas teorías, so rápidos en señalar la evidencia de que al parecer, no serían la opción más apropiada para todas las personas.
La discusión se torna aun más difícil, cuando se comienza a hablar sobre la dieta que cada persona le da a sus propios hijos.
Si prestamos atención a la ciencia, la evidencia para ponerse de lado de quienes sí comen carne. Un reciente estudio, llevado a cabo por el Great Ormond Street, del University College, Londres, señaló que de un grupo de 187 chicos saludables estudiados por sus expertos, los que eran alimentados por sus padres siguiendo las dietas veganas más populares del momento, presentaban algunas graves deficiencias.
Los huesos de los chicos alimentados con dietas veganas arrojaron series deficiencias minerales y vitamínicas, siendo más débiles y más propensos a quebrarse que los de los chicos carnívoros, además de volverlos candidatos más probables a sufrir de osteoporosis.
Junto con esto, los niños que eran alimentados con una dieta vegana eran en promedio siete centímetros más pequeños que sus pares que habían sido alimentados con una dieta completa. Para suplir esto, los médicos dijeron que los chicos alimentados con dietas veganas deben consumir suplementos de vitaminas B12 y vitamina D, ambos componentes encontrados naturalmente en los productos de origen animal.
“Descubrimos que los niños veganos tenían una menor masa ósea incluso después de tener en cuenta su menor tamaño corporal y óseo. Esto significa que pueden entrar en la adolescencia, una fase en la que las necesidades de nutrientes específicos para los huesos son mayores, con un déficit óseo ya establecido. Si estos déficits son causados por una dieta que persiste en la adolescencia, esto podría aumentar el riesgo de resultados óseos adversos más adelante en la vida”
–Profesora Mary Fewtrell, co autora del estudio–
Para ser justos, los conductores del estudio señalaron sí que los chicos veganos tenían menor cantidad de colesterol malo en sus cuerpos. Aunque también señalaron que esto no es una preocupación demasiado grave en la infancia, como sí lo puede ser tener huesos débiles o perder altura.